La casa es una pasada, muy amplia , 4 habitaciones dobles , 2 baños y un salón grande donde pasábamos las veladas charlando y jugando. Todo muy limpio y con mucho detalle. Pero lo mejor son sus propietarios la señora Isabelita un encanto que nos deleitaba con sus historias cada día y su hijo Antonio que nos hizo de cicerone por el pueblo y que cada día nos ilustraba con una nueva ruta por descubrir. Nos llevamos un gran recuerdo de ellos y de Navarra.
publicamos esta valoración porque hemos quedado muy satisfechos de la casa.
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